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Bienvenidos a este blog dedicado al índice aterogénico y a una gran diversidad de temas que se vinculan, como el sistema circulatorio, el sistema cardiovascular, la aterosclerosis, los trastornos lipídicos, la alimentación, entre otros. Siempre lo actualizamos con información renovada, por lo que estamos seguros que es el sitio más completo sobre esta temática.

Pasemos a la información:
El valor del colesterol total en sangre que posee el individuo, es un dato de mucha utilidad, pero más aún si esta información se logra cruzar con los resultados de otros análisis de nuestro organismo, ya que podemos obtener referencias aún más precisas que sirvan para predecir y prevenir diversas enfermedades. En esta oportunidad, presentamos al índice aterogénico.

¿Cómo se halla este dato?
Cuando el colesterol total se asocia a los valores del colesterol bueno (conocido como HDL), podemos realizar un sencillo cálculo -una división- y llegar a conocer este resultado: Índice aterogénico = Colesterol total (medido en mg)/colesterol bueno (también medido en mg).


El resultado de esta operación, es capaz de ayudarnos a advertir el riesgo de sufrir aterosclerosis, una enfermedad en las arterias que puede perjudicar al individuo debido a la acumulación de material graso (lípidos), leucocitos (glóbulos blancos del organismo) y también tejido conjuntivo, que ocasionan la obstrucción, deterioro sistemática y disminución del flujo sanguíneo. Esta enfermedad también se conoce como calcificación de las arterias y como veíamos, es capaz de provocar consecuencias nefastas en el individuo si no realiza ningún tratamiento una vez detectada.

Indice aterogénico, aterogenicidad
¿Cuáles consecuencias por ejemplo? Si bien muchos son los problemas de salud que puede ocasionar, las más graves a futuro son las patologías cardíacas, el funcionamiento deficiente del sistema circulatorio, accidentes cerebro-vasculares y la evolución crónica de aterosclerosis.

Los valores normales para este índice son de 4 o menos en el caso de las mujeres, y de un tope de 5 para los hombres. Este dato se comporta de manera proporcional, es decir, a mayor índice aterogénico, las probabilidades de que se forme una placa de ateroma que obstruya las arterias, también aumenta.
Sintetizando la fórmula para calcular el índice aterogénico, tenemos entonces que:
El Colesterol Total (medido en mg) dividido, los valores del Colesterol Bueno (también en mg).

¿Por qué se emplea este índice? Porque su resultado es un dato predictivo que aporta más información que el hecho de usar valores aislados de lípidos en sangre.

¿Qué otra información podemos resaltar sobre el colesterol?


El colesterol es una sustancia similar a la grasa que forma parte de un conjunto de enfermedades “de nuestra era", padecidas por un importante porcentaje de la sociedad y relacionada con las costumbres alimenticias del individuo.

Otras enfermedades vinculadas a nuestra alimentación, son: ataques al corazón, algunos cánceres, osteoporosis, diabetes y artritis.


Si las arterias que van al corazón se tapan, la falta de oxígeno puede matar al músculo de este órgano y por ende, ocurrir un ataque cardíaco. Y si la arteria dirigida al cerebro también se obstruye, se produce un accidente cerebro vascular (ACV). Este conocimiento no es nuevo, durante los últimos 100 años, las enfermedades cardiovasculares han sido el enemigo 1 en el continente americano. Según las estadísticas de nuestra región, una de cada tres personas de tu círculo cercano (familiares o amigos) estará en peligro a causa de esta enfermedad.


El colesterol disminuye con una dieta saludable
¿Pero cuál es la conexión entre un colesterol alto y los problemas cardiovasculares?

Una de las formas más simples y efectivas de determinar que el individuo la padece, es llevar a cabo una revisión periódica y regular de los niveles de colesterol. Como regla, mientras más alto sea el nivel de colesterol, más riesgo habrá de desarrollar la enfermedad cardiovascular.

Los expertos en la salud estiman que el 50% de los adultos tiene niveles no saludables de esta sustancia y la gran mayoría de ellos, sin darse cuenta. El colesterol es un lípido, una sustancia cerosa encontrada en la circulación sanguínea y en todas las células del cuerpo humano. Sin embargo, es natural encontrarlo en el organismo ya que el colesterol interviene en la formación de nuevas células y hormonas.

El hígado es el órgano encargado de producirlo, pero también se obtiene de las comidas diarias. No obstante, si consumes alimentos altos en grasas como las carnes, quesos, hamburguesas, pizzas y otros elementos saturados, con el tiempo se irá produciendo un tipo de colesterol (lipopreteína de baja densidad o en sus siglas LDL) conocido como colesterol malo. Altos niveles de colesterol malo, pueden con el tiempo acumularse en las arterias que alimentan al corazón y al cerebro, conformando una sustancia dura, llamada “placa”.


Es cuestión de tomar las mejores decisiones para mejorar la calidad de vida

¿Cuáles son los problemas del tratamiento médico para reducir los niveles de colesterol?

La comunidad médica trata el problema del colesterol comúnmente usando unas drogas llamadas estatinas.
Las estatinas ayudan a reducir el colesterol producido en el cuerpo, sin embargo, existe un aspecto negativo: son drogas sintéticas que pueden causar efectos secundarios en el cuerpo, e incluso, a veces pueden empeorar gravemente la salud del paciente.

Recientemente la Universidad de San Diego en California hizo un estudio al que llamaron “Los efectos de las estatinas”, demostrando que pueden causar daños severos en el hígado y en los músculos. Otras consecuencias que pueden acarrear son: problemas para conciliar el sueño, mareos, sudor excesivo, problemas respiratorios y en la vista, aumento y disminución de peso, hambre excesiva, diabetes, resequedad de la piel, presión alta, vómitos, mala digestión, entre otros.

¿Cuál es entonces la solución? Si bien iremos hablando en detalle sobre este tema, podemos cerrar esta introducción mencionando que el colesterol bueno hace un trabajo de limpieza: quita el colesterol de las paredes arteriales y lo devuelve al hígado, mientras que el colesterol malo se encarga de distribuirlo desde el hígado al resto del cuerpo. 


Así que es posible prevenirlo y revertirlo teniendo una dieta saludable (fundamentalmente vitamina C que estimula la producción de colágeno) evitando frituras, cafeína, haciendo ejercicio de forma regular y en lo posible, evitando situaciones de estrés.

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