Recordemos que el índice aterogénico también reúne distintas mediciones y se calcula dividiendo el colesterol total (medido en mg) entre el colesterol bueno, que también se mide en mg.
Cuando hablamos del colesterol, nos referimos a una sustancia lipídica presente en la mayoría de los organismos vivos y que es fundamental para el mantenimiento del organismo, pues hace parte de la membrana celular (es decir, la capa que rodea a la célula) permitiendo que se mantenga en el mismo sitio unida y además, sirve para la síntesis de hormonas y vitamina D.
El colesterol sale principalmente de dos fuentes: de los alimentos ingeridos que contienen gran cantidad de grasas y del hígado, que es capaz de reciclar el colesterol que ya tenemos dentro del organismo.
Los triglicéridos son otro tipo de grasas que sirven como fuente de energía para nuestro cuerpo, y se obtiene también de los alimentos, pero asimismo, los triglicéridos pueden fabricarse por el hígado. Son importantes para que el cerebro, los músculos y muchas otras partes del cuerpo obtengan energía que necesitan.
¿Cuándo se debe realizar en el individuo un perfil lipídico? Cuando se manifiestan síntomas relacionados al manejo de los lípidos, cuando se ha diagnosticado alguna enfermedad como la hipertensión, la diabetes o tener valores no saludables de azúcar en la sangre.
Es muy importante poder ayudar a controlar estos padecimientos y en el caso de las personas sanas, se recomienda hacer un perfil lipídico a partir de los 35 años (en los hombres) y desde los 45 años en las mujeres. En caso de que los resultados sean favorables, la persona puede realizarlo nuevamente en los próximos 5 años, o una vez al año si se presenta alguna alteración.
¿Qué factores afectan la concentración de lípidos en el organismo? Básicamente depende de la genética del propio individuo, la cantidad de grasas o de lípidos que consume en la dieta y la cantidad de ejercicio realizado en la vida diaria. Mantener los niveles deseados de lípidos es una de las consecuencias de nuestro estilo de vida. Un estilo de vida saludable, el mantenimiento de una dieta equilibrada con una baja proporción de grasas, así como una actividad física regular, son medidas importantes que hacen la diferencia.
Es fundamental evitar el llamado “sedentarismo de oficina” pero también hacerse chequeos rutinarios para conocer en qué niveles se halla el colesterol. Por otra parte, es necesario controlar otras enfermedades que puedan afectar los niveles de lípidos como la diabetes, el azúcar en la sangre, los problemas de tiroides y también la hipertensión arterial.
Entrada: Indice aterogénico y perfil lipídico para medir el colesterol
