El índice aterogénico como valor obtenido del sistema circulatorio

Indice aterogénico < sangre < sistema circulatorio

Para que el transporte de sustancias a través de la sangre resulte eficaz,  necesitamos una red cerrada de conductos que estén comunicados entre sí por todo el cuerpo. Esta red la forman las venas, las arterias y los capilares. Las arterias son los vasos sanguíneos que llevan la sangre al salir del corazón y la dirigen a todos los órganos del cuerpo. Las arterias se van ramificando en vasos cada vez más estrechos hasta formar los capilares sanguíneos donde se produce el intercambio de sustancias entre las células y la sangre. 

Posteriormente los capilares van desembocando en venas, que cada vez son más amplias hasta convertirse en las grandes venas que van de regreso al corazón.

Las arterias son el conducto de salida de la sangre desde los ventrículos del corazón y las venas son el conducto de llegada del líquido sanguíneo a las aurículas. Ambos tipos de vaso sanguíneo transportan tanto sangre oxigenada como sangre rica en dióxido de carbono. 

La sangre arterial es la más rica en oxígeno, es decir, la que sale de los pulmones y es devuelta al corazón para ser repartida por todo el cuerpo. La sangre venosa es pobre en oxígeno y rica en dióxido de carbono, regresa de todas los órganos del cuerpo hacia el corazón y es bombeada a los pulmones para oxigenarse de nuevo. La sangre arterial es de color rojo brillante, mientras que la venosa es oscura a causa de la distinta proporción de oxígeno. 

Conceptos a tener en cuenta en este material:

Vena: cualquiera de los vasos sanguíneos que, naciendo de la unión de los capilares de los distintos órganos y tejidos, llevan la sangre al corazón.

Arteria: cada uno de los vasos membranosos y elásticos por los que circula la sangre desde el corazón a los distintos órganos.

Capilares sanguíneos: el diámetro de este tipo de vasos sanguíneos es muy fino: oscila entre los 0,0127 y los 0,2032 milímetros. Sus paredes son igualmente finas, lo que explica que estos vasos sean los elegidos por el cuerpo para hacer el intercambio de sustancias entre las células y la sangre.

¿SABÍAS QUE...? 

A los científicos les costó mucho estudio hacer la primera descripción correcta del sistema circulatorio de la sangre por el cuerpo. El primero en lograrlo fue el médico británico William Harvey en el año 1628.

Circulación y enfermedades del sistema circulatorio

La sangre tiene funciones muy importantes en nuestro interior y necesita correr por todo el cuerpo para llevarlas a cabo. 

Su misión principal es transportar los nutrientes absorbidos en la digestión así como el oxígeno recogido en los pulmones y repartirlos por todas las células del cuerpo, al mismo tiempo que recoge las sustancias de desecho de todas las células y las guía hacia el aparato excretor. 

Para poder hacer este recorrido, la sangre necesita una fuente de impulso: de eso se encarga el corazón. Este órgano la impulsa por todo el cuerpo a través de unos conductos, los vasos sanguíneos, por los que corre dando vueltas sin parar. Este recorrido y el conjunto de los órganos que lo integran forman el sistema circulatorio.

Enfermedades del sistema circulatorio

Las enfermedades son muy variadas y por lo tanto, sus síntomas también lo son. Entre los más comunes están las palpitaciones, la palidez del rostro y el dolor en el pecho, aunque hay que tener en cuenta que estos síntomas también pueden indicar problemas de otras partes del organismo. Entre las enfermedades más comunes se encuentra la insuficiencia cardiaca, que se produce cuando los ventrículos disminuyen su capacidad. Otras enfermedades son la angina de pecho y el infarto de miocardio –ambas provocadas por la falta de oxígeno–, la arterosclerosis (relacionada a la temática del blog, el índice aterogénico) y la trombosis.

Conceptos destacados, necesarios para esta entrada

Ventrículo: nombre que se da a algunas cavidades del organismo. En particular, cada una de las dos cavidades inferiores del corazón, de donde salen las arterias aorta y pulmonar.

Angina de pecho: es una afección que se manifiesta como dolor y opresión bajo el esternón, irradiado o no a extremidades superiores y base del cuello, acompañada de una sensación de muerte inminente. Se debe a la falta de aportación de sangre al corazón, y puede preceder a un infarto agudo de miocardio o coexistir con él.

Infarto de miocardio: el infarto de miocardio puede comportar la muerte del individuo por obstrucción de una arteria del corazón, o coronaria. La obstrucción puede ser provocada por deformaciones o por otras causas, por lo que puede seguir diferentes tratamientos.

Arteriosclerosis: es el término que designa el engrosamiento y endurecimiento de la pared arterial por la aparición de cúmulos de lípidos en las paredes internas de las arterias. Se detecta para comenzar a tratarlo mediante un estudio realizado en el individuo, denominado índice aterogénico.

Trombosis: proceso de formación de un trombo o coágulo de sangre en un vaso sanguíneo. Sus efectos dependen de cuál sea el vaso obstruido.

¿SABÍAS QUE...? Las transfusiones de sangre, necesarias en algunas intervenciones quirúrgicas, no son compatibles entre todos los seres humanos. Es el caso de los grupos sanguíneos con RH positivo, no pueden donar sangre a una persona de grupo sanguíneo con RH negativo. La transfusión en sentido inverso, sin embargo, sí puede hacerse.

Datos extra: conceptos vinculados al proceso de digestión

Transformación del alimento: la digestión del alimento es un proceso de transformación que se inicia en el momento que está siendo ingerido, y consiste en convertirlo en sustancias más sencillas que puedan ser aprovechadas por las células del organismo.

Acciones químicas y mecánicas: las acciones mecánicas consisten en desmenuzar y triturar el alimento. Estas acciones se ven ayudadas por una serie de acciones químicas mediante las cuales, los componentes de los alimentos reaccionan con sustancias fabricadas por el organismo.

Glándulas digestivas: las glándulas digestivas secretan una serie de sustancias químicas que ayudan a la digestión del alimento. Hay cinco tipos de glándulas digestivas: las salivares, que actúan en la cavidad bucal; las gástricas, que actúan en el estómago; las intestinales, que actúan en el intestino; el hígado y el páncreas.