Todas las estatinas se administran por vía oral y se toleran bien en la mayoría de los pacientes. Los efectos secundarios menores incluyen cefalea, cansancio, dolores musculares o articulares y ardor de estómago. Durante el tratamiento con estatinas debe evitarse el uso de antibióticos macrólidos como la eritromicina, antifúngicos azólicos, derivados de ácido fíbrico y ciertos inmunodepresores ya que interfieren en el metabolismo de las estatinas e incrementan el riesgo de miopatía grave.
Además, las estatinas bloquean el efecto vasoconstrictor de la proteína A- beta, el colesterol y la proteína A-beta que tienen efectos similares sobre los vasos sanguíneos, induciendo su contracción. Los estudios preliminares sugieren que las estatinas podrían proteger frente a la demencia causada por la vasoconstricción vascular. Las investigaciones también sugieren que las estatinas podrían reducir la incidencia de cáncer colerrectal. El índice aterogénico por su parte brinda información sobre los niveles de colesterol del individuo.
Consideraciones de enfermería para tratamiento con estatinas
La función de enfermería durante el tratamiento de la hiperlipemia con estatinas incluye el control estrecho de la situación del paciente y la provisión de la formación necesarias en relación al tratamiento prescrito. En primer lugar debe analizarse los resultados de los análisis del paciente sobre las concentraciones de triglicéridos, colesterol total, LDL y HDL (información obtenida como mencionábamos, gracias al índice atergoénico). Aunque las estatinas son eficaces en la reducción de las concentraciones sanguíneas de lípidos, en algunos pacientes pueden producir acontecimientos severos.
Pregunte si la paciente está embarazada en caso de ser de sexo femenino. Puede producirse una alteración funcional hepática durante el tratamiento con estatinas, por lo que deben hacerse pruebas de función hepática durante antes y durante el tratamiento.
Las estatinas no se deben administrar a pacientes con una enfermedad hepática activa ni en aquellos con una elevación no explicada de los resultados de los análisis de función hepática. Si se sospecha de una miopatía, también es importante evaluar las concentraciones de creatinina, fosfocinasa (CPK) y la administración del fármaco si sus valores están elevados.
El tratamiento con estatinas también debe detenerse si la debilidad muscular persiste incluso sin elevación de los valores de la CPK. Controle si el paciente se queja de náuseas, vómitos, ardor de estómago, dispepsia, cólicos abdominales y diarrea que son efectos secundarios comunes aunque menos graves. Administre las estatinas con la cena para ayudar a alivriar las molestias digestivas.
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